Mi cuerpo está yermo sin tus caricias, es como un desierto. Tus manos son el río que lo riegan, y tu boca desata la tormenta de besos que lo hacen revivir.
¡ No me castigues tanto tiempo con tu sequía! Arráncame de este invierno de soledad que me aniquila. Mi cuerpo necesita tu semilla para florecer. Ven y dame un poco de tu amor y en mi piel renacerán brotes de ternura.
La pasión con la que llenas todas mis horas es el alimento que transforma mis arenas en bosques tropicales.
¡ La Vida llega, amor, con tus caricias!
No hay comentarios:
Publicar un comentario