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Mis manos se imaginan recorriendo
tu piel en un banquete de lujuria,
firmándote, con la yema de los dedos,
como si fueran dos analfabetas,
en el libro sin frases de tu cuerpo
Mis manos se imaginan siendo aves
que volaran tenaces por tus campos,
como dos golondrinas que anidaran
en el cálido hueco de tus manos
Se imaginan con alas de colores,
como dos mariposas asesinas
devorándose el néctar de tus flores
Mis manos sueñan ser enredaderas
para atraparte todos los rincones,
trepadoras de cinturas y caderas
Mis manos y mi boca se imaginan
en tu mesa de carne siendo vasos,
recogiendo tus besos derramados
como el agua bendita de tu boca
Mis manos y mi boca, recorriéndote
como tres indigentes descarados,
mendigando las migas de tus labios
Mis manos te están imaginando...
Yo me abriría el pecho eternamente
si con ello pudiera cobijarte
Yo te daría a beber toda mi sangre
si arrancara con ello de tus ojos
una mirada tierna que me amase.
Te mecería dentro de mi pecho
con el vaivén sereno de mis olas,
con el rumor que hay en mis caracolas
Y empaparía tu cuerpo dulcemente
con la lluvia de mis besos furtivos,
mi saliva recorriendo tus caminos
Yo me abriría el pecho eternamente
si con ello pudiera devolverte
aquella magia loca que perdimos
Yo te vengo a ofrecer mi corazón,
como Mercedes en aquella canción
Intenté levantar mis barricadas
y olvidarte en mis noches más oscuras,
desangrarme de amor y de palabras,
y esconderte debajo de mis lunas...
Pero no existen muros tan espesos
que puedan separarte de mis sueños
Yo me abriría el pecho eternamente
...si con ello pudiera devolverte
Si el sol fuera cuadrado,
sería el marco de la ventana
por la que me asomo para verte
Tu sonrisa trepa en forma de fotones
por escalas de luz
Eres Luz, soy Luz
¡ Somos toda la Luz que nos envuelve!
No sé desde que lugar me miras...
Ni cuando aparecerás entre mis sábanas...
Desconozco que nombre habré de darte...
Tan sólo sé que estás
Y yo te espero
Me deleito pensando tu sonrisa,
esa que veo desde mi ventana de sol...
Tu posibilidad inconclusa me duele todavía
Te prefiero guardado en el rincón mental de mis olvidos
como una sombra desdibujada y fría
Ese cajón desvencijado que sólo abro en días como hoy,
cuando me siento sola, rígida, fea, desolada,
gris, cansada, vencida, vieja y acabada,
y me revuelco en todo ese dolor
como un perro en la mierda
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