Amé a un hombre que decía ser un Unicornio,
un Unicornio que no parecía azul
Llegó desde un lugar donde las cordilleras
se mojan los pies en el lecho de los lagos
Me envolvía con sus mágicas palabras
y pintaba mis sueños con sus ojos acuáticos
Le amé, como las golondrinas
aman los balcones en verano,
como los niños aman los helados de fresa,
como los atardeceres aman
los secretos de los enamorados...
Compartimos madrugadas y lunas,
canciones de amor, glaciares y bestiarios,
versos, historias, y ondas de radio,
y pecados domésticos sin labios y con manos
Me enamoré como sólo se enamoran los locos,
como se enamoran el agua de la tierra
y las gotas de rocio de la hierba,
sin lógica, sin medida, sin distancia
Le quise como sólo se le quiere a unos pocos
Y me encontré, de pronto, bebiéndome el silencio
Porque el Unicornio era azul...
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